Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Tesalonicenses 2, 5-11

5 Nunca nos presentamos, bien lo sabéis, con palabras aduladoras, ni
con pretextos de codicia, Dios es testigo,

6 ni buscando gloria humana, ni de vosotros ni de nadie.

7 Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de
Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con
cariño de sus hijos.

8 De esta manera, amándoos a vosotros, queríamos daros no sólo el
Evangelio de Dios, sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado
a sernos muy queridos.


9 Pues recordáis, hermanos, nuestros trabajos y fatigas. Trabajando
día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os proclamamos
el Evangelio de Dios.

10 Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e
irreprochablemente nos comportamos con vosotros, los creyentes.

11 Como un padre a sus hijos, lo sabéis bien, a cada uno de vosotros